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jueves, noviembre 03, 2005

¿Un mundo ...mejor? 

"Siempre han existido personas que han deseado un mundo mejor. Han pensado en el mundo como en una gran familia. Es un sueño muy bonito, pero difícil de creer tal y como funciona nuestro planeta.
La posibilidad de pertenecer todos y todas, de hecho, a la Gran Familia de la Humanidad es muy atractiva para muchas personas y sugiere un mundo sin guerras, un planeta responsable para con todos sus habitantes, sin zonas favorecidas y zonas desfavorecidas, sin personas de primera categoría y personas de segunda, etc.
Pero ¿es ahí hacia donde nos dirigimos?.
No.
La globalización actual no tiene ese mundo como objetivo.
La globalización es un proceso que se caracteriza por la supresión de las fronteras en los mercados mundiales, especialmente los mercados de productos y de capitales. La dinámica actual es la de favorecer que las empresas puedan esparcirse y crecer a lo largo y ancho del mundo. Las leyes que se elaboran, aprueban y aplican actualmente van, en parte, encaminadas a allanar el camino a ese proceso de crecimiento de las grandes empresas.
Así pues, la globalización no hace referencia a la búsqueda de un mundo mejor, más humano, a esa Gran Familia de la Humanidad. Se refiere sólo a un aspecto: el económico. Y sólo a una visión muy particular de la economía, puesto que existen varios modelos económicos para entender el mundo. El objetivo de la globalización actual es procurar que no existan países para las grandes empresas, que éstas puedan operar con las mismas libertades y derechos en todas partes.
En principio, esto no tiene porqué ser algo malo. Es cierto que la globalización actual no se refiere a las personas sino a las empresas. Pero es posible que este proceso tenga consecuencias positivas para las personas. En tal caso, deberíamos recibir esta globalización con los brazos abiertos.
Pero, lamentablemente, no es así. La globalización repercute muy negativamente en las personas, en su libertad, en sus derechos, en sus posibilidades, en su comportamiento.
No comienza ni termina con la desaparición de las fronteras para los mercados, construyendo un espacio único de comercio para los productos, la mano de obra (estática) y el dinero. La globalización es más que un proceso, es un conjunto de procesos simultáneos que se alimentan entre sí. Ciudadanos, empresas, gobiernos y pensamiento son elementos que se articulan en un mismo entramado.
Todo ello alimenta y es alimentado por un proceso de generación y mantenimiento de una línea única para pensar. El establecimiento del pensamiento único (como contraposición al pensamiento crítico) requiere cierto control de los medios de comunicación y ciertas dosis de dominación cultural.
Ante este panorama, las personas comunes, ciudadanos y ciudadanas de a pie, tenemos una responsabilidad clara. Cada uno de nosotros está teniendo un papel activo en este orden de cosas, gracias a nuestro comportamiento cotidiano. El simple acto de escoger una u otra lata de aceitunas y de adquirirla en una gran superficie o en la tienda de la esquina, son actos con consecuencias trascendentes. La globalización se asienta en el comportamiento de las personas. Nada de lo que está ocurriendo y queda por ocurrir sería posible sin nuestro consentimiento y nuestro apoyo. La solución se encuentra, sobre todo, en las decisiones cotidianas que tomemos las personas, una a una. Tenemos mucho que hacer y podemos hacer mucho."


Vicente Manzano. Extracto de Curso sobre globalizacion. Universidad de Sevilla.

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