sábado, octubre 08, 2005
Sensaciones de sueños cálidos
" ... Sentía mi cuerpo frío, pero por primera vez lo sentía. Moví lentamente los dedos de las manos, entumecidos, torpes. Se tropezaban sin saber a donde ir. Consciente de mi nuevo cuerpo sentía curiosidad por explorarlo,
quería verlo pero con los ojos cerrados.
Mis dedos vivos, fríos, y las palmas de mis manos llenas de sensaciones futuras descubrieron de golpe mis piernas. Una paradójica sensación del frío de mis manos y el calor de mi cuerpo, como si de una descarga de energía se tratara, despertó de golpe todos mis sentidos, y todo mi cuerpo apareció ante mí. Desnudo.quería verlo pero con los ojos cerrados.
Aun con los ojos cerrados recorría mi cuerpo con las manos, acariciando las redondeadas formas de mis caderas, dulces, sinuosas. El recorrido de mis manos dejaba tras de si una estela de piel erizada, despierta y viva.
Mis dedos temblorosos pero seguros de su destino se deslizaban entre mis muslos adentrándose entre mis piernas, y descubriendo mi interior húmedo, olía a mar..
Su curiosidad no tardó en despertar a un millón de mariposas con alas de plumas que dormían dentro de mi, que al volar despertaron la vida en cada rincón de mi ser.
Me recorrían oleadas de vida haciéndome cosquillas como la espuma del mar. Miles de burbujas se desbordaban por mi piel. Finalmente las mariposas exhaustas salieron de golpe en un suspiro que se escapó entre mis labios. Que extraña sensación.. Sin fuerza mis manos pesaban más que nunca pero estaban llenas de energía. Quería descubrir más.
Mis dedos que ahora desprendían el calor de la ternura encontraron de nuevo la suavidad de mi piel, y sin interrumpir su silencioso discurso, prosiguieron su camino…"
2 Octubre 2004, Cartas a una nueva vida. Escrito poco antes del nacimiento de Cascabel en una noche en la que la soledad no era silencio.
