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martes, junio 28, 2005

Sol y agua 

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Como muchos estudiantes, cuando llega el verano y se terminan las clases, cambio las frías y aburridas aulas, por algún trabajo temporal que pueda darme algo de dinero para pasar el invierno. Como en el cuanto de la hormiga y la cigarra a mi me toca trabajar en verano cuando todos se divierten , para así conseguir ilusión de libertad, y una leve aunque satisfactoria independencia economico-paterna, durante el resto del año.
Yo, por mi parte, por mi adicción al cloro, al sol, o bien porque en otra vida fui un pez, me encanta la natación, y me hice socorrista, de manera que paso el verano rodeada de niñ@s agua turquesa, y sol, abrazada por el dulce olor de la crema de la protección solar.
Por casualidades, esas curiosas y hasta mágicas coincidencias con las que la vida le gusta jugar, estoy trabajando en la misma piscina en la que aprendí a nadar y en la que pase mi estival infancia.
Recuerdo cuando pasábamos mi hermano y yo, nuestros eternos veranos en esa piscina, que curiosamente con el tiempo parece haber encogido. Antes me parecía un océano inmenso,, ahora conozco todos sus recovecos, no me cuesta cruzarla a nado, parece que el fondo se haya elevado, incluso parece que tenga menos agua…
Las tardes entonces, eran mucho más sencillas: piscina, y pan con nocilla.
Me encantaba saltar al agua haciendo piruetas imposibles, imaginando que volábamos y que saltábamos como verdaderos atletas olímpicos. Nadie nos superaba. Corríamos por el borde, uno detrás del otro, incansables, intentando alcanzarnos, o retándonos en todo tipo de competiciones. A escondidas metíamos globos, o pelotas dentro del agua, evitando ser descubiertos por el socorrista de turno, inventando con ellos cualquier otro juego.
Ahora soy yo la que debe prohibir esos juegos tan divertidos (y a veces tan peligrosos..), pero a veces, no miro cuando tienen una pelota de goma dentro del agua, o cuando hacen alguna trastada.. desvío la mirada, oculta bajo las gafas de sol, y sonrío cómplice.
Ahora vuelvo a tener el color de cuando era niña, y pasaba los días en el agua, el pelo antes castaño, ahora rubio sol, y la piel canela intenso.. Todo volverá a ser como antes cuando vuelva el frío, pero ahora vuelvo a sentirme un poquito mas niña.

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